Hace unos días, un militante priista aclaró ante los medios de comunicación que, ante la inminente conformación de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, derechos como la interrupción legal del embarazo (ILE) no están garantizados ni se deben dar por hecho, y tiene razón.
Y mucho menos con un movimiento feminista dividido y enfrentando a la derecha y a personajes oscuros como Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, quien ha estado vociferando contra el Comité Nacional del PRI para que le garantice un lugar en la Constituyente.
No en vano el decreto de reforma política de la Ciudad de México (DOF, 29 de enero de 2016), que establece la manera en que se conformará la Asamblea Constituyente, generó amplias críticas en el lobby de los Derechos Humanos y la academia, ya que restará legitimidad y representación al documento definitivo.
Cuarenta de las y los 100 integrantes serán designados por el Senado y la Cámara de Diputados, así como por los titulares del Ejecutivo federal y la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México, sin tomar en cuenta los votos obtenidos en las pasadas elecciones locales.
Y aun cuando la nueva Constitución aplicará para el 100 por ciento de las y los habitantes de la capital, sólo 60 por ciento de la Asamblea Constituyente llegará mediante el voto popular.
El carácter antidemocrático de este mecanismo nos obliga a tener especial cuidado este 5 de junio. Hoy más que nunca, debemos hacer efectiva la representatividad, especialmente en lo relativo a la garantía de los derechos de las mujeres y las niñas de la capital.
Los feminismos en la Ciudad de México se han manifestado casi primordialmente desde la academia y las organizaciones civiles, y no es una lucha nueva, sino de varias generaciones.
Con orgullo podemos decir que si somos una ciudad progresista no ha sido gracias a los gobiernos en turno, sino al empuje y presión de las feministas y el movimiento amplio de mujeres para lograr leyes que hagan visible, eliminen y sancionen la desigualdad, la discriminación y la violencia de género que seguimos padeciendo.
Lo que está en juego para el próximo 5 de junio es la prevalencia de lo ya conquistado hasta hoy, y la importancia de avanzar en temas que los cuerpos legislativos han frenado y administrado a capricho, en perjuicio de las mujeres y las niñas.
No obstante, estamos ante una oportunidad de oro y las candidatas que nos representan tienen la solidez necesaria para hacer avanzar las propuestas feministas que hemos trabajado a lo largo de muchos años.
Marcela Lagarde y de los Ríos, quien es una de las feministas más destacadas de Iberoamérica, es ahora candidata externa del PRD. Se ha pronunciado por un contrato social de género, es decir, por una Carta Magna que incluya garantías para nosotras y el enfoque de género aplicado transversalmente en todo el documento, con un lenguaje incluyente.
Su propuesta central es: “El derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y vidas, a la participación política en igualdad, a la educación y comunicación libre de estereotipos, a una vida libre de violencia, y a la libre expresión de ideas y de manifestación”.
Igualmente, Elsa Conde y Orfe Castillo, dos feministas de gran trayectoria, habrán de representarnos como candidatas independientes con tres propuestas esenciales: autonomía económica, reproductiva y política para las mujeres, así como la defensa del Estado laico, la interrupción legal del embarazo, y el matrimonio entre las personas del mismo sexo, entre otras.
Y por supuesto no podemos dejar de mencionar a Gabriela Delgado Ballesteros, académica de la UNAM y presidenta del Consejo Consultivo de CATWLAC, quien es candidata externa por Movimiento Ciudadano, académica, especialista en género, Derechos Humanos de las mujeres, y comprometida con la lucha contra las violencias de género y la derrota del patriarcado, con la educación en igualdad, con los derechos sexuales y reproductivos y la democracia, garantía de que entre sus propuestas principales estará la revocación de mandato, plebiscito y consulta popular, además de presupuestos con perspectiva de género.
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Y aunque la tarea no será fácil, seguramente tendrán que pactar con otras candidatas como Gloria Careaga, Gabriela Rodríguez, Estela Damián, Verónica Martínez, entre otras, para construir una plataforma mínima, como dice la feminista española Rosa Cobo Bedia.
PACTOS POLÍTICOS FEMINISTAS
Muchas mujeres del movimiento feminista que no militamos en los partidos nos sentimos muy solidarias con las feministas de los partidos de izquierda.
Sabemos de sus dificultades y de las zancadillas que les ponen los aparatos de sus organizaciones. Las escuchamos, pero no sabemos qué hacer. En la cultura política de los partidos no son aceptables los disensos internos y mucho menos las feministas. Ellas saben que las críticas públicas las apartan inmediatamente de cualquier aspiración a ejercer cualquier cargo público u orgánico.
El dilema de las feministas de los partidos es difícil de resolver: o tragar con las renuncias o irse. Por supuesto que sabemos que hay coyunturas en las que ellas intentan no renunciar y no ser apartadas y llegar a alguna solución de mínimos.
Y está claro que eso ha sucedido, pero, como diría Celia Amorós, eso sucede cuando la malla es flexible, en los buenos momentos; pero cuando la malla se estrecha porque hay menos poder y menos recursos, se multiplican las exclusiones y las zancadillas.
Sin embargo, el movimiento feminista necesita que las mujeres de todos los partidos de izquierda tengan poder en sus organizaciones. Quizá no basta con decirlo en privado y es necesario decirlo en público. Si nos juntamos, ellas y nosotras, no será tan fácil este ninguneo. Mi percepción es que nos necesitamos mutuamente y juntas debemos elaborar estrategias, es decir, pactar.
En los meses recientes, las feministas de la Ciudad de México hemos estado detallando estas propuestas para respaldar a Marcela, Elsa, Orfe y Gaby. Estamos agrupadas en Las Constituyentes CDMX. Dos encuentros formales se han llevado a cabo y seguimos arrastrando el lápiz y haciendo trabajo en las colonias para explicar a las mujeres de la ciudad por qué es tan importante su voto.
Para quienes saben de las innumerables violaciones a los Derechos Humanos que sufren las mujeres presas; para quienes no encuentran a su hija desaparecida; para las mujeres que siguen sufriendo acoso en la calle o el transporte público; para las víctimas de violencia obstétrica, las víctimas de trata y de explotación de la prostitución, de feminicidio o de tantos otros modos de violencia, o incluso para las que no han logrado acceso a la justicia, igualdad de oportunidades, salarios justos, etcétera, es momento de actuar con un voto el 5 de junio. Ninguna de las candidaturas expuestas en este espacio dan pie al manejo de intereses personales o partidistas.
La nueva Constitución no puede quedar en manos de quienes no nos representan o de quienes buscan dar marcha atrás a los derechos conquistados. Apoyemos a las candidatas feministas y digamos sí a la vida digna y a la libertad de las mujeres y las niñas de la Ciudad de México.
Teresa Ulloa Ziáurriz
*Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC).
CIMACFoto: César Martínez López