NO al turismo sexual en las Olimpiadas de Brasil 2016

“Sin demanda no hay oferta”. – Coalición contra el Tráfico de Mujeres Internacional.

Cuando se invierte en un viaje para asistir a alguno de los grandes eventos deportivos en las principales ciudades del mundo, existe una industria completa que ofrece diversos paquetes de servicios turísticos para generar divisas.

Pero, del mismo modo que existe el crimen en cualquier parte del mundo en tiempos normales, cuando se dan encuentros deportivos de carácter internacional también se espera una gran captación de recursos a través de diversos delitos.

Hace apenas unos días, durante los Sanfermines de Pamplona se difundió la proliferación de anuncios y ofertas para los turistas sexuales y, contrario a lo que muchos afirman acerca de que es voluntad de las mujeres y las niñas estar “ahí”, existe una terrible realidad en torno a la pobreza y la desigualdad como detonador de la trata de personas y la explotación sexual que únicamente favorece a los tratantes y proxenetas.

Este es un claro ejemplo de cómo se asocian el machismo y el patriarcado con los grandes eventos deportivos, donde vence el más fuerte, el más hábil, el más violento.

Por ello, desde hace varios años la Coalición Internacional contra el Tráfico de Personas (CATW International) centró su atención en este fenómeno y lanzó varias campañas. Las primeras estuvieron a cargo de CATW Europa y se dieron en el marco de las copas mundiales de fútbol en Francia (1998) y Alemania (2006). Posteriormente, CATW Sudáfrica hizo lo respectivo durante el Mundial de 2010.

Para la Copa Mundial de Fútbol Brasil 2014 y los Juegos Olímpicos Río 2016, la campaña en contra del turismo sexual está coordinada por CATWLAC bajo el lema “Di NO al Turismo Sexual. Comprar Sexo no es un Deporte”.

Ya desde el Mundial del 2014 fue posible documentar que a las afueras de los estadios se vendían niñas entre 8 y 10 años para tener sexo con ellas a cambio de 6 reales (que es lo que en aquel momento costaba una cajetilla de cigarros). El Mundial ocurrió entre el 12 de junio y el 13 de julio de ese año y para los meses de abril y mayo ya el gobierno de Brasil había empezado a impulsar algunas políticas públicas para atacar ese fenómeno.

La campaña opera a través de diversos medios con el fin de hacer conciencia sobre el daño que produce la demanda de servicios sexuales por parte de turistas, así como la necesidad de comprometer a los actores involucrados en los eventos deportivos internacionales (autoridades deportivas, entrenadores, atletas, comités olímpicos nacionales y el internacional), así como el sector turístico (agencias de viajes, hoteles, líneas aéreas, bares, restaurantes, medios de transporte) y la juventud brasileña. De manera importante, la campaña apela al gobierno de Brasil para incrementar esfuerzos hasta lograr la erradicación del turismo sexual.

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El Manifiesto también está dirigido a los países que participan en los Juegos Olímpicos de 2016; al Comité Olímpico Internacional, su presidente, cuerpo directivo y a los comités nacionales, entrenadoras, entrenadores y Federaciones; a los atletas de los equipos nacionales; a las agencias de turismo en Brasil y en todo el mundo, así como al público en general, a comprometerse en la lucha en contra el turismo sexual. El 5 de agosto las coaliciones nacionales en el mundo entregaremos a las embajadas de Brasil las firmas que se hayan adherido al Manifiesto.

Aunque en Brasil ya se empezó a discutir la necesidad de incluir el delito de turismo sexual en el Código Penal, es de primera importancia armonizar la configuración del delito de trata con el Protocolo de Palermo, porque en aquel país, para que se configure la trata tiene que haber cruce de fronteras, con lo cual queda fuera la trata interna, que generalmente tiene una incidencia 100 veces más grande que la trata internacional.

Durante mi reciente visita a Brasil tuvimos una reunión muy provechosa en Brasilia, en la PGR, con las ministerios públicos federales de todo el país y con una representante de la Secretaría de Derechos Humanos, una representante del Ministerio de Turismo y otra de la Policía Federal. A pesar de que las autoridades tienen unos cuantos meses de haber tomado los cargos, llegamos muy a tiempo para llamar la atención sobre este fenómeno y la necesidad de trabajar coordinadamente para enfrentarlo.

La pobreza, la falta de oportunidades – causas indiscutibles de la trata y la explotación-, así como el turismo sexual deben ser temas de Estado más allá de preferencias políticas y gestiones de gobierno. No obstante, es necesario involucrar también la ciudadanía. No es solo una labor de los cuerpos legislativos ni de los gobiernos, porque el turismo y la explotación sexual no existirían si no hubiera quien la consume, porque quien paga por servicios sexuales financia toda la industria del sexo.

Todos podemos hacer algo para no ser parte de la cadena de explotación y de la trata de personas. El turismo sexual se entiende como la trata inversa, quiere decir que en lugar de que se lleve a las víctimas a donde está la demanda, la demanda viaja a donde hay oferta y, en este caso, con la crisis económica hay una gran oferta y un avance considerable también de la delincuencia organizada en Brasil.

Por ello, cada dólar que entra a Brasil debe ser gastado de manera responsable, ya que puede tener un alto costo en términos de vidas humanas –especialmente de mujeres, niñas y niños- de su integridad, su dignidad y su desarrollo sicosexual.
Teresa Ulloa Ziáurriz
Directora Regional de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés).
Twitter: @CATWLACDIR
Facebook: Catwlac Directora